23 de enero de 2010

No olvides quien eres de verdad

Porque no podemos olvidarlo todo, ni realmente lo querríamos.

Todos hemos querido cambiar nuestro pasado, ¿quién no? Nos arrepentimos de muchas de las cosas que hemos hecho, porque hemos cometido injusticias, hemos vivido malos momentos, hemos herido a quien nos importa, no hemos herido a nosotros mismos pero, ¿qué importa eso ahora?

La vida te pone cosas delante que muchas veces son difíciles de afrontar y muchas veces se toman las decisiones equivocadas y desearías volver atrás y cambiar tu forma de actuar, pero como eso es imposible, intentas olvidarlo todo.

Mal, muy mal. Eso jamás. Y si no, párate a pensar, ¿qué estás haciendo? ¿De verdad deseas dejarlo todo atrás? No, solo quieres olvidar lo malo, aquello que atormenta tu ya no tan impoluta conciencia. ¿Y no te consideras hipócrita por eso? ¿No? Pues deberías.

Reflexionemos. Jamás serás la perfecta persona que siempre esperaste ser. Asúmelo. Eres humano y cometes errores, como todos. ¿Te sentirías mejor siendo perfecto? ¿Sí? Pues yo no. Porque yo soy yo, toda entera, con mis virtudes y defectos. Y sí, he cometido fallos, más que cualquier otro de los seres que habitan el planeta Tierra, ¿y soy feliz con ello? No, pero lo asumo.

¿Y de qué te serviría borrar tus errores? Estarías borrando una parte de tu vida, imbécil. ¿Borrón y cuenta nueva? ¡Ja! Eso será en tus sueños ¿no? Porque uno no aprende olvidando los errores, sino aprendiendo de ellos, y eso, amigo mío, se llama madurar.

No pretendas vivir una mentira, un mundo de fantasía, porque la vida real no es ninguna de las dos cosas -por suerte. No olvides una parte de tu vida simplemente porque no haya sido como esperabas. Vive, recuerda, sueña, siente, anhela, vive, ¡VIVE! Y no trates de olvidar nada, porque sino olvidarías quien eres realmente.